Francisco Moreno de Alborán y Fernández (San Fernando 1883 – Ferrol 1945) I Marqués de Alborán, a título póstumo, Almirante de la Marina Española, fue Jefe del Departamento Marítimo con sede en Ferrol, provincia de La Coruña, donde ejerció el cargo hasta su muerte, en 1945. Casó con Antonia de Reyna y Martínez de Tejada.
Ingresó en la Armada Española cuando aún no contaba con 15 años de edad, en la fragata Asturias, Escuela Naval Flotante, en Ferrol. Salió Alférez de Navío, contando sólo con 19 años de edad.
En 1917 fue designado para formar parte de una Comisión de Expertos que, en plena I Guerra Mundial, marchó a Alemania para visitar y estudiar sus puertos militares, sus defensas, astilleros, y numerosas y grandes factorías, recorriendo asimismo todo el frente de combate. A su regreso, tomó el mando del Torpedero Nº12 como Profesor de Torpedos de los Guardiamarinas de la Escuadra de Instrucción. Capitán de Corbeta en 1920, se le nombró segundo Jefe de la Comisión Hidrográfica del Norte.
Se especializó en Artillería y Tiro Naval, pasando a desempeñar el cargo de Jefe de Artillería del Acorazado Jaime I. Mandó el guardacostas “Larache”, operando en Marruecos. En 1935, ascendió a Capitán de Navío y se le nombró Director de la Escuela de Guerra Naval. El golpe de Estado de 1936 le halló en Ferrol, donde se unió a los sublevados, tomando el mando del Arsenal, y posteriormente en la campaña naval. El Gobierno de Burgos le nombró Jefe de la Flota Nacional y Vocal de la Junta de Defensa, habilitándose de Contralmirante. Con el Canarias y el Cervera se distinguió entonces en las operaciones del Estrecho, dejando fuera de combate a los destructores que permanecían de vigilancia, el Gravina y el Almirante Ferrándiz, durante la batalla del Cabo Espartel, levantando el bloqueo de la costa sur y de las plazas de soberanía del Norte de África.
En 1937, ascendido a Vicealmirante, se le nombró Almirante Jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire del Bloqueo del Mediterráneo. Terminada la guerra, fue nombrado Capitán General de Cartagena y, en septiembre del mismo año, de Ferrol. Falleció desempeñando este último cargo. En reconocimiento a sus servicios a la Nación, el Generalísimo Franco le otorgó, con carácter póstumo, el título de Marqués de Alborán. El 1 de abril de 1950, Tras su muerte fue enterrado en el Panteón de los Marinos Ilustres.
Entre sus hijos:
1-José Moreno de Alborán y de Reyna, II Marqués de Alborán, Abogado. Casó con Elvira de Vierna y Sieira siendo padres de Francisco Moreno de Alborán y de Vierna, III Marqués de Alborán, casado con María Urrestarazu y Cabrero.
2-Salvador Moreno de Alborán y Reyna, Vicealmirante de la Armada española, estuvo casado con Trinidad Peralta España. Falleció el 7 de febrero de 2011 en Madrid.
Entre sus hijos: Salvador Moreno de Alborán Peralta, (Málaga, 1947) arquitecto casado con Elena Ferrándiz Martínez hija de españoles nacida en Casablanca durante el protectorado francés de Marruecos.
Salvador Moreno es Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo; Graduado por la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid en 1972, ha desarrollado su labor profesional principalmente en su ciudad natal, donde ha construido la Facultad de Derecho y los centros comerciales Larios y Málaga Nostrum entre otras obras.
Salvador Moreno, ha tenido 3 hijos con Elena Ferrándiz: Casilda -arquitecta y licenciada en Filosofía- la mayor, Salvador -publicista y pintor- y nueve años mayor que el pequeño, Pablo Moreno de Alborán Ferrándiz, popularmente conocido como Pablo Alborán -cantante de éxito.
Salvador, hijo del muy conservador vicealmirante Salvador Moreno de Alborán, creció en Madrid, pero fue desterrado a Málaga por su rebeldía con la dictadura y se considera un librepensador progresista al que le hubiera gustado ser pianista de Manolita Chen. Gran agitador de la vida cultural malagueña junto a su mujer Elena, una mujer de gran carisma y la auténtica matriarca del clan según quienes les tratan. Hoy, ambos asisten extasiados al éxito de su hijo. “Nos ha salido el niño de la farándula, pues qué bien, qué demonios. Yo, que llevo desde crío aporreando el piano, no he juntado dos acordes, y el cabroncete lleva 80 canciones, letra y música. Es un poeta, el niño, un generador de nostalgias futuras”, dice su padre.