Se da el caso que durante muchos años se esta expoliando en fondo de nuestro mares, bien por buceadores profesionales, privados, aficionados al buceo, nacionales y extranjeros, ahora para colmo de nuestros males se dedican buques extranjeros con una tecnología muy avanzada.
En el fondo del mar existe un tesoro patrimonial, aún poco valorado y protegido.
La mayor parte de los yacimientos subacuáticos que albergan este extenso Patrimonio, aun están por localizar e investigar, y es obligación y responsabilidad de todos respetarlos y protegerlos, ya que contienen las respuestas que nos permitirán conocer mejor nuestra historia.
Supondría un enorme avance en el trabajo de los arqueólogos. La preservación de los yacimientos in situ permite que se les puedan realizar estudios completos y exhaustivos sobre los mismos, lógicamente, con mejores resultados que en un yacimiento que haya sido expoliado.
Según la UNESCO en el mundo hay 3 millones de barcos hundidos. Nos hemos olvidado que el fondo del mar forma parte también de nuestro patrimonio arqueológico. Durante siglos, su lecho ha guardado delicadamente cargamentos engullidos por tormentas y restos de conquistas perdidas en batallas.
Pero ahora estamos perdiendo otra batalla mucho más importante, que si la Administración no pone remedio, arrastrará consigo un tesoro todavía mucho más valioso. La avaricia ha ido aumentando progresivamente a la falta de escrúpulos. El expolio marino no sólo roba trozos de nuestra historia, también daña irreparablemente el mar que lo guarda.
Casos como el del barco “Odissey” no puede volver a suceder.
Salvemos nuestro patrimonio,